Locura pasajera

Un río de fuego desencadena en mis ojos los ya olvidados recuerdos de los días del ayer. ¿Como puede mi mente castigar así mis pensamientos con dolor?, ¿cómo?. No entiendo, mas comprendo que castigue la osadía del muchacho que ríe con despreocupación ante una vida de pesadumbre y tormento. Pero quien soy yo para decir nada de él. Si yo una vez lo fui y no entendí, ¿cómo puedo pensar que él ahora pueda entenderlo?
Ay, que la vida del muchacho no se rompa por la desdicha de un pobre viejo atormentado ya por la vejez y la muerte. Que la muerte es la aliada de los pensamientos solitarios y de las fantasías antagonistas de los viajeros de su largo cauce.
El olvido me retuerce el alma
Igual que el recuerdo
Me estremece el cuerpo.